¿HOMBRES MENTIROSOS?
He leído en algún sitio que los hombres mienten mucho porque las mujeres preguntan mucho, y esto entra dentro de la lógica matemática: a más preguntas, más posibilidades de mentir.
A veces, el hombre no miente con maldad, sino que contesta sin saber lo que dice porque no ha oído bien la pregunta por falta de atención, no porque no le funcione al 100 por 100 su capacidad auditiva, y es que ante una batería de preguntas absurdas, el cerebro masculino tiene un mecanismo de autodefensa que hace que cada vez las preguntas se vayan oyendo más lejanas hasta conseguir no oír nada.
—María, tengo que ir al dentista.
—¿Por qué?
—Se me ha desprendido un empaste.
—¿Y cómo ha sido eso?
—No lo sé.
—¿Ha sido comiendo?
—No me he dado cuenta.
—¿O ha sido cepillándote los dientes?
—Que no lo sé.
—Pues, hijo, sí que eres raro.
Y qué más da cómo se haya desprendido el empaste, el caso es mantener un diálogo para besugos, que es lo que hace que el marido se vaya aislando del tema y conteste lo primero que le venga a la cabeza, pero sin ánimo de mentir.
Eso me recuerda a los “¿y por qué?” de los niños:
—Abuelo, ¿por qué vamos a la playa en verano?
—Porque hace más calor para bañarnos.
—¿Y por qué hace más calor en verano?
—¿Por qué el sol calienta más?
—¿Y por qué calienta más el sol?
Y así pueden estar preguntando hasta aburrir a un camello. Otras veces su contestación va dirigida a que su mujer oiga lo que quiere oír, aunque este método es para muy expertos porque las mujeres son imprevisibles en sus respuestas. Veamos un ejemplo:
—Cariño, ¿te has fijado en la blusa que lleva Encarnita?
Esta pregunta es de doble filo: si contestas que no, es que estás en el mundo porque tiene que haber de todo, que pareces tonto, que no te fijas en nada. Si, por el contrario, contestas que sí, te puede caer encima un bombardeo de reproches, como que ya le extrañaba a ella que tú no te hubieses fijado en Encarnita, que vas salido por la vida y que se siente humillada porque te vas fijando en todas las mujeres que se cruzan contigo.
Resumiendo: No mentimos, sólo somos víctimas.
3 comentarios
Discóbolo -
Un beso para cada una.
Incrédula -
Por cierto, todo eso que cuentas ahí es una gran falacia, y es que, no podía ser otra cosa viniendo de un hombre, je y ¡reje!.
Muakkk y remuakkkk.
Sakkarah -
Encima va él como si fueran buenecitos, y no mintieran.
Un beso.