DIÁLOGOS CON MI PULPO
VIOLACIÓN
—Hola, Discóbolo.
—Uy, Pulpito, ¿tú por aquí? Algo grave debe haberte pasado para que me visites con tanta frecuencia.
—Pero, ¿es que no te has enterado de la niñita de dos años que ha sido violada y asesinada por el querido de su madre?
—Verdaderamente esa noticia me ha impactado, Pulpito. No sé qué es lo que puede suceder en la mente de alguien para que cometa una bestialidad ese calibre.
—Ahora me dirás que estaba loco, y no lo voy a admitir. Un loco es que se pega cabezazos contra la pared o se corta los genitales, pero el que hace lo que ha hecho éste yo tengo un nombre específico para él: hijo de pu.ta.
—Pulpito, seguro que su madre no tiene culpa y la mujer estará también afectada.
—Sólo espero que la Justicia dicte una sentencia dura y que la cumpla, porque es muy joven y dentro de unos años podría estar en la calle dispuesto a repetir su hazaña.
—Yo también lo espero, Pulpito.
—Lo que sucede es que tenemos unas leyes de mierda para estos casos.
Yo le aplicaría la ley del talión, pero directamente proporcional. Me explico: sodomizarlo hasta que le desgarren el ano y los intestinos, como él ha hecho con la pequeña, aunque creo que parte de esto se cumplirá en la cárcel, y así espero, que se cumpla la ley de los presos para con los violadores: no me gustaría estar en su pellejo los días en que tenga que ducharse junto al resto presidiarios.
—Hoy no estoy por llevarte la contraria, te veo muy excitado.
—Pues eso, Discóbolo, hasta otro día.
—Chao, Pulpo.
DESDE AQUÍ HAGO UN LLAMAMIENTO
PARA QUE ESTOS INDIVIDUOS
SE PUDRAN EN LA CÁRCEL DE POR VIDA,
SIN NINGÚN TIPO
DE BENEFICIO PENITENCIARIO
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