DISCORDIANISMO
Cuando era un niño, y a fuerza de oírselos recitar a mi madre, aprendí de memoria los Responsorios a San Antonio. Ésta es una oración dedicada a San Antonio de Padua que se dice cuando se quiere saber algo que te preocupa y, sobre todo, para encontrar cosas perdidas. Por si a alguien le interesa, la plegaria dice así:
Si buscas milagros, mira,
muerte y error desterrados,
miseria y demonio huidos,
leprosos y enfermos sanos.
El mar sosiega su ira,
redímense encarcelados;
miembros y bienes perdidos
recobran mozos y ancianos.
El peligro se retira,
los pobres van remediados;
cuéntenlo los socorridos,
díganlo los paduanos.
Gloria al Padre, gloria al Hijo, gloria al Espíritu Santo.
El mar sosiega su ira,
redímense encarcelados;
miembros y bienes perdidos
recobran mozos y ancianos.
Ruega a Cristo por nosotros,
Antonio glorioso y santo,
para que dignos as
de tus promesas seamos.
Una vez dicha la oración y rezado sus “reglamentarios” Padre Nuestro, Ave María y Gloria, el objeto perdido aparecía.
Después, en el colmo del discordianismo, he visto gente que utiliza otra oración para buscar las cosas perdidas invocando a “San Cucufato”. El rito consiste en hacerle un nudo muy apretado a un pañuelo, colocarlo debajo de un peso, lejos de la vista de curiosos (por ejemplo, debajo de la pata de un sofá), mientras dicen esta “oración”:
San Cucufato,
los cojones te ato;
si no me aparece... (aquí el nombre del objeto perdido).
no te desato.
Hay quien dice que es efectivo..., y es que eso debe doler como para poner al santo a buscar como un loco el objeto extraviado.
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