LA MADUREZ
La madurez debe ser esto, este cansancio, esta desgana, este saber, ya de antemano, que nada sirve para nada. La claridad que nos despierta a una inclemente y gris mañana, la claridad que ahuyenta sueños de juventud, y nos desalma. Este abandono, esta renuncia al ideal y a la esperanza, este vender al dios que fuimos por bagatelas y migajas. Dejarlo todo para luego —amigos, vida, libros, causas— porque otras cosas que no amamos están ahí y nos reclaman. Sentir el tiempo, sobre uno, como una losa o una espada, y ver que el tiempo se nos va de entre las manos, que se acaba. Ceder las riendas, que el deseo hasta ayer mismo gobernaba, a otros jinetes más prudentes, notar que el cuerpo no acompaña. Que no nos sigue porque sabe que todo exceso aquí se paga, vivir con freno y con bocado —sobrevivir es la palabra—. La madurez debe ser esto, comprender cosas que espantaban vistas desde lejos, comprender que uno está preso en una trampa. Javier Salvago
2 comentarios
Discóbolo -
Un abrazo, Juan.
Juan Jose -