S A Ñ A
Traslado a hombros del cadáver de José Antonio desde Alicante a Madrid
Poesía compuesta por A. Molina y yo, dedicada a nuestro compañero y amigo común Méndez, que fue vejado, siendo sólo un niño de siete años, por miembros de FE, por no hacer el saludo fascista al paso del cadáver del “camarada” José Antonio Primo de Rivera.
Allá por las dos Españas,
allá por la lejanía,
a Méndez le dieron caña
y estopa que no quería.
Él no quiso saludar
al camarada Rivera,
y le pusieron al sol
enfrente de la pradera.
Le pusieron cara al sol
enfrente de Don Quijote
con el brazo levantado
y dolorido el cogote.
Le subieron al despacho,
no para invitarle a vino.
Le quitaron el empacho
a base de buen ricino.
Le pegaron en el cuello,
le pulieron las pestañas
y a otro país se fue
harto ya de tanta saña.
Y le entró tal cagalera
que, sin pensarlo dos veces,
atravesó la frontera
y se fue con los franceses.
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